Educación permisiva | ¿Riesgos para los adolescentes?

Una educación permisiva parte del principio de que los padres no deben intervenir en la vida de sus hijos. Aprende aquí lo dañino de esta actitud 

Una educación permisiva consiente que los niños tengan autoridad para hacer lo que desean, en el momento que lo decidan. Los padres se abstienen de guiar o corregir queriendo actuar como “buenos amigos” de los hijos. Este criterio no contribuye a que a futuro se conviertan en adultos maduros, ni promueve una relación familiar sana.

El hecho de decirle no a tus hijos, no te convierte en un mal padre. Decir sí todo el tiempo, tampoco te hace ser el mejor

Contrariamente a lo esperado, los niños criados de esta manera exhiben peores conductas y son más rebeldes. Por otro lado, no se llevan bien con sus progenitores, ni actúan de modo equilibrado. En la práctica, muestran una gran carencia en el manejo de las emociones, en especial, la ira y la frustración. ¿Cuáles serían las características de sus padres?

¿Cómo saber si impartes una educación permisiva?

Al responder de manera afirmativa el siguiente cuestionario puede que seas algo permisivo  con tus hijos:

  • ¿Cedes ante todos los caprichos de tus pequeños con la idea de que no se frustren? ¿No les niegas nada de lo que te piden?
  • ¿Decides por ellos para simplificarles la vida?
  • ¿No les asignas obligaciones en el hogar porque están ocupados con sus deberes?
  • ¿Justificas su mal comportamiento delante de los demás manifestando cuánto les amas?
  • ¿Los proteges en exceso a cada instante?

En verdad, convertir a un bebé desvalido en un hombre responsable es una tarea difícil. Los niños llegan sin manual de instrucciones y los progenitores solo siguen sus propios instintos con la mejor voluntad. No te sientas culpable, pero entiende que por este camino se convertirán en manipuladores, inseguros, impacientes, inmaduros e impulsivos. ¿Cómo puedes cambiar ese rumbo?

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¿Cuál es el estilo educativo más beneficioso?

Ahora, consciente de que formas adultos infelices, con baja autoestima e incapaces de enfrentar los problemas, te preguntas ¿qué hacer? La respuesta es que debes transformarte en un padre asertivo, sin irte a los extremos del autoritarismo o la negligencia. Eso te permitirá mantener el control y una comunicación abierta, enseñando a tus muchachos a ser autónomos y afectuosos. Para lograrlo:

  • Asigna responsabilidades adecuadas a su edad. Aun los más pequeños pueden colaborar con las tareas del hogar.
  • Sé consistente en resaltar la buena conducta y castigar la mala. No se trata de darles una golpiza, sino de corregirlos, de una forma contundente.
  • No los sobreprotejas, los errores también enseñan. Sin embargo, no recurras a los maltratos verbales osea esas frases con adjetivos descalificadores o humillantes.
  • Nunca les compares con otros.

"Permisivismo: es la disposición que autoriza hacer cierta cosa, pero sin preceptuarla" - María Moliner - autora de Diccionario de uso del español 

Concluyendo, la educación permisiva es una actitud errada que no favorece a los hijos. En su lugar, es preferible convertirse en progenitores asertivos. Y, sobre todo, muestra empatía por sus intereses, aspiraciones y temores; fomentando su autonomía. Así, muy probablemente, llegarán a ser adultos equilibrados y responsables.

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