¿Te encuentras angustiada porque tu segundo hijo es desobediente? Entérate con nosotros cómo lidiar con la conducta del más pequeño de la familia
El segundo hijo representa la oportunidad que tienen los padres de repetir todas las experiencias maravillosas que ofrece la paternidad. Las dudas que asaltaron la llegada del primer niño, por lo general, se disipan con el advenimiento del siguiente. Sin embargo, en la compleja tarea que representa la crianza, no existen atajos ni caminos fáciles.
"La relación de hermandad debe estar llena de afecto y amistad. La confraternidad caracteriza este vínculo" -Wikipedia.org -
El arribo del segundo hijo no debería alterar de manera significativa las reglas de convivencia en tu hogar. No obstante, suele ocurrir muy a menudo que la disciplina que inculcaste en el primero, no tiene el mismo resultado con el siguiente. A continuación te explicaremos cómo lidiar con la desobediencia del nuevo integrante de la familia.
¿El segundo hijo es más rebelde?
Existen numerosas hipótesis que intentan explicar el comportamiento irritante de nuestro segundo hijo. La más extendida es la que postula que el orden del nacimiento influye en la personalidad del niño. Lo principal es entender que cada uno de nuestros infantes llega en momentos distintos y, por supuesto, crecerá en circunstancias muy diferentes al anterior.
Solo intenta recordar todos los instantes de aprehensión, angustia y desasosiego que tuviste que enfrentar con tu primer retoño. Desde su primera fiebre o su primera palabra, cada momento significó un nuevo aprendizaje para ti. Esto te otorga la confianza y la seguridad basada en la experiencia, para asumir retos similares.
Y la sabiduría obtenida en la anterior crianza, que supone una fortaleza, trae consigo una desventaja. El segundo hijo no siempre recibe el mismo esmero en su cuidado que el anterior. Esa falta de atención se traduce en un comportamiento rebelde, con todas sus consecuencias.
Siguiendo al hermano mayor
El segundo hijo verá a su hermano mayor como su ejemplo a seguir, pero también como su rival natural. En consecuencia, intentará superarlo constantemente. Es por eso que sus travesuras serán más ocurrentes y su conducta se tornará bastante osada. El no acatamiento de las órdenes y disciplina lo llevará a ser considerado como un niño desobediente.
Normalmente el segundogénito cree tener más privilegios por ser más pequeño, lo que hace que se salte las exigencias que cumple el mayor
Otra razón de su indisciplina es el intento infantil de llamar la atención por encima del resto del grupo familiar.
De la desobediencia a la disciplina
Si la rebeldía del hermano menor se ha convertido en un problema, es momento de tomar acciones. Lo principal es darle el afecto y cariño necesario, sin exceso de consentimiento.
Compartir tareas y obligaciones con su hermano mayor puede resultar muy útil. Exigirle el cumplimiento de las normas y límites del hogar, siendo flexible de acuerdo a su edad y orientándolo permanentemente.
Para finalizar, es importante entender que el camino transitado con nuestro primogénito no debe ser igual al del segundo hijo. Una conducta de rebeldía en la infancia no necesariamente marca negativamente al individuo, siempre y cuando se apliquen los correctivos a tiempo. Guiar con sapiencia a cada niño es una tarea obligatoria de los padres, para propiciarles un adecuado desarrollo.